Primera parte de lo que es la Fabricación Digital, por FabLab Sevilla
Vaya por delante que mi profesión durante muchos años fue la de periodista. Soy Licenciado en Ciencias de la Información y puede parecer que no sé de qué hablo, pero la influencia de mi padre sobre la ciencia y la ingeniería, la de mis compañeros ingenieros en mi Colegio Mayor (Diego A. de Covarrubias, de la Universidad Complutense de Madrid) y mis lecturas de joven (me he leído todo lo habido y por haber de Scientific American desde 1981 a 1994 y sigo disfrutando de esa lectura de vez en cuando), me llevaron desde siempre a escribir sobre Ciencia, Tecnología, Informática, Infraestructuras de Carreteras y Ferrocarriles... y otras muchísimas cosas.
En 1997 creé y publiqué 'La Crónica de las Nuevas Tecnologías', un suplemento informático de La Crónica de León que duró unos tres meses, convertido en 'El Buscador' durante los dos últimos en La Crónica-El Mundo. Cuando pasé a trabajar al Diario de León conservé una página semanal sobre Nuevas Tecnologías y seguí escribiendo sobre ingeniería y ciencia (pasando "de la remolacha al chip", como digo yo porque era el especialista en Agricultura y Ganadería).
Así que por fortuna he escrito y aprendido muchas cosas a lo largo de mi vida profesional que, además, se ha trufado con conocimientos de Internet, que no me ha abandonado desde 1996 y Sociedad de la Información. Y eso mismo me permite ver las fantásticas virtudes del movimiento #DIY (Do it yourself) y cuando me encontré con la Fabricación Digital se abrió un enorme mundo de posibilidades ante mí.
Segunda parte de lo que es la Fabricación Digital, por FabLab Sevilla
Cuando conocí FabLab, en agosto de 2011, me quedé estupefacto. En un primer momento tuve la certeza de que sólo con este tipo de fabricación, que ahorraba costes de una forma increíble y que permitía que "casi cualquier cosa" se fabricara gracias a la imaginación del #fabber, se podría competir contra la potencia industrial china.
La Fabricación Digital es a la industrial lo que Internet es a los periódicos
Gracias a mi formación y experiencia periodística en Prensa, me dí cuenta de inmediato que la Fabricación Digital sería un arma poderosísima contra la fabricación industrial a escala. Internet había permitido -con la aparición de los blogs sobre todo-, la entrada de miles de escritores que editaban información especializada muchas veces más interesante y rigurosa que los medios de comunicación tradicionales.
Aunque la crisis de los periódicos no ocurrió de inmediato, se veía venir. La potencia de miles de personas escribiendo de forma rigurosa sobre temas que sí interesan a otros miles de personas... tenía que dar fruto. Pasados unos diez años, la prensa y la Televisión -con la aparición de YouTube y sobre todo las páginas de intercambio de ficheros- comenzaron a tener serios problemas... y hoy el papel sobrevive malamente, sólo en las revistas híperespecializadas.
El cambio todavía se está produciendo y veremos qué tipo de periódicos quedarán en liza, pero serán muchos menos de los que hay ahora; eso es seguro.
¡Si esto lo hacen con un 'cutter', más rápido en una cortadora láser!
Es decir, que Internet democratiza la información. Permite compartir noticias y, también, estudios... ¡o planos para hacer cosas! Y aquí está el quid de la cuestión. Si un FabLab (un lugar donde hay máquinas que permiten la creación y construcción de objetos interesantes para mejorar la vida rutinaria con Fabricación Digital) queda a disposición de muchos creadores o #fabbers que son capaces de comunicarse entre sí... lo más probable es que cuando esas máquinas sean más asequibles (dénles veinte años), ya no será necesario comprar lo que una gran fábrica china venda por ahí; uno se lo fabricará en casa.
A día de hoy existen páginas web ¡en la que la gente comparte gratis sus diseños para imprimirlos en una impresora 3D! (Thingiverse, es un ejemplo). Es decir, te bajas un fichero de algo que te interese, te pasas por un FabLab y te lo llevas a casa en un par de horas, aparte de hablar con gente que hace más cosas y que puede mejorar ese diseño. También páginas en las que se cuelgan programas gratuitos para los controladores electrónicos tipo Arduino (Practical Arduino) o diseños de corte láser y con fresadoreas (Ponoko es otro). Y, sobre todo, páginas en la que la gente anima a los demás a "hacérselo uno mismo", el #DIY del que hablábamos. Hay planos hasta para construirse un tractor en casa. Sí, un tractor.
Crisis y materiales reciclados
Si a esto sumamos la crisis y la creciente pujanza de la recuperación de materiales reciclados (hay menos para consumir, pero más para crear) y la posibilidad de promocionar el producto de cada uno en Internet (con una buena campaña de mercadotecnia)... y además que en un FabLab se pueden reunir toda clase de personas con una misma pasión, el crear cosas por sí mismos, pero con disciplinas bien distintas. Un FabLab es un lugar de creación de futuro.
La gente de FabLab Lima explica qué es un Laboratorio de Fabricación Digital
Un futuro que no pasa por las grandes fábricas, sino por la fabricación de pequeñas cosas que sirvan para pequeñas necesidades. Internet las agrupa, cualquier #fabber las puede suplir con una buena idea. Y pese a ser "pequeño" el "mercado" comparado con los demás, será suficiente para que una buena idea, prototipada en un FabLab con la Fabricación Digital y con las premisas del #DIY, pueda salir adelante. Y cuando ya se haya vendido suficiente, avanzar en la idea para mejorarla. Hacer de nuestra vida un mundo mejor. Por eso todas estas ideas juntas son el futuro, una persona es siempre más rápida que una industria; como una lancha rápida siempre tiene una virada más rápida que la de un petrolero. Eso es lo que hay que aprovechar.
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